Darío Delgado habla del altercado con un exjugador de Saprissa que lo mandó al hospital

Darío Delgado, jugador de veterano de Fútbol Consultants, se refirió al altercado que tuvo con un exjugador de Saprissa que lo mandó al hospital y por el que debe esperar 15 días para volver a entrenar, ya que están analizando si tiene alguna secuela después de quedar inconsciente en el césped.

Lea más: ¿Despertaron los delanteros de Saprissa? Morados suman 10 goles en fogueos de parón

Días atrás, el defensor, de 38 años y que pasó por equipos como Puntarenas y Cartaginés, fue víctima de un fuerte y brutal golpe que le propinó Hansell Araúz, volante muy querido y recordado por su paso en Saprissa, durante un partido en la Segunda División.

“Nunca vi el codazo; cuando me desperté, estaba con la boca llena de sangre y en la ambulancia”, explicó Delgado sobre la acción al diario La Nación.

El brutal golpe se hizo viral en redes sociales y le vio la vuelta al mundo futbolístico, ya que el delantero de Guadalupe F.C. quedó como si nada y el defensor tuvo que ser trasladado al hospital.

Luego de la jugada, en el terreno de juego se generó un alterado, mientras Delgado estaba en el césped inconsciente, puesto que sus compañeros gritaban por ayuda al departamento médico del club.

A Delgado le quedó su boca destrozada, fuertes golpes en la cabeza y la espalda porque la caída fue totalmente descontrolada.

“Yo sabía que iba a chocar, no con esa magnitud de golpe. Al final, yo me enfoqué en la bola, pero nunca vi venir el codazo; después de ahí, me acuerdo hasta la ambulancia, porque perdí la noción completamente”, dijo a La Nación.

Por ahora, el defensor no está entrenando con Consultants, ya que cuando hay traumatismos fuertes, se debe seguir el protocolo médico, que indica que el futbolista no puede tener actividad física por 15 días para medir si hay secuelas.

“Estoy bien, después de lo sucedido me hicieron un TAC y todo bien. Solo golpes en la cara y tres puntos en el cachete”, recordó al indicar que no perdió la memoria.

El central, que juega desde 2007, dijo a La Nación que nunca había vivido un choque así en todos sus años de carrera en el fútbol nacional e internacional.

“Mi esposa y mi mamá se asustaron muchísimo, pero yo, apenas recuperé la conciencia, lo primero que hice fue pedir un teléfono y llamarlas; gracias a Dios, las pude tranquilizar”, indicó.

Casi 10 minutos después de incidente, el árbitro le sacó roja al exmorado.

“Una cosa es lo que viví y otra lo que se vio. Mis compañeros me hicieron saber que fue muy feo. Muchos se asustaron por el tema del choque de la cabeza con el césped”, concluyó a La Nación.